Miles de personas de todas partes del mundo suben y bajan en 35 segundos sus 44 pisos, desde la Torre Latinoamericana, en un día despejado y con un poco de suerte, se pueden ver hasta las Torres de Satélite y el Estadio Azteca, lo que seguro sí se ve es Palacio Nacional, los rascacielos de Reforma, el Eje Central, La Alameda y el Palacio de Bellas Artes. Sin importar las condiciones atmosféricas, novios y familias enteras se pelean los binoculares, pues quieren ver desde arriba una de las ciudades más grandes del planeta.